Un estudio de 2015 levantó las reflexiones que giran entre los medios libres del continente sobre cómo sería una sociedad mejor. Esas reflexiones se condicen hoy con las amplias demandas de las chilenas y chilenos que están en las calles desde hace una semana a pesar de los 19 muertos, miles de heridos, niñxs torturados y mujeres desaparecidas. Demandas que en Chile sólo pueden ser contenidas por un proceso constituyente y que quizás se reflejan también en las demandas de Ecuador, Haití, Costa Rica, Honduras, Perú, Colombia, Argentina y Brasil.

Por qué son interesantes las reflexiones socio-políticas de los medios libres?
Los medios de comunicación libres, alternativos o comunitarios según la denominación de cada región son un movimiento en sí mismo. Un movimiento que promueve el libre ejercicio del derecho a comunicar no sólo para la denuncia de violaciones de derechos humanos, sino también como una herramienta de educación popular, resignificación de los prejuicios sociales, reconfiguración de las identidades comunitarias, fortalecimiento de la Memoria, sanación de traumas colectivos y que, por ende, en su quehacer abre espacios para la concepción creativa y reflexión grupal sobre el mundo en el que queremos vivir.
Al ejercer el oficio de la comunicación y poner el foco del pensamiento crítico y colectivo sobre lo que se quiere comunicar en el seno de comunidades que tienen problemas concretos o simbólicos, se crea necesariamente una distinción, un límite que en las áreas visuales se relaciona con el encuadre: qué es lo que voy a dejar dentro y lo que va a quedar fuera, cómo elegimos qué vamos a decir y qué no. Esta decisión fundamental abre preguntas que no necesariamente son respondidas pero que a medida en que el ejercicio se repite en torno a distintos temas se va configurando un imaginario cada vez más definido sobre lo que se considera bueno y lo que se considera malo para la colectividad. El ejercicio comunicacional exige hablar sobre estos imaginarios que se van articulando y las conversaciones previas y posteriores a la etapa de producción propiamente tal son en sí mismas resultados ricos desde un punto de vista pedagógico, filosófico, sociológico y creativo. Asimismo, el hecho de actuar colectivamente en congruencia a dichas conversaciones y críticas hace del oficio de la comunicación popular una actividad fértil para la integración de la reflexión colectiva al plano del hacer juntos y juntas: integración del cuerpo, de la emocionalidad y de las relaciones. Se teje así una micro sociedad en la que nadie es parte por obligación sino por gusto, por el goce de compartir y crear en conjunto.
A su vez, quienes participan persistentemente en medios comunitarios se ven llevados a acompañar y trabajar en conjunto con una diversidad de otros movimientos sociales, con quienes se repite el ejercicio antes descrito. Evidentemente resulta en un proceso tremendamente transformador para la comunicadora o comunicador, con una profundidad particular y un sentido comunicacional que le permite sintetizar conceptualizaciones de vida y de organización social en consciencia de la diversidad de contextos y experiencias que han acompañado.
Es decir que como movimiento tienen una mirada muy abierta sobre la diversidad de realidades.
Ellos y ellas no presentan un proyecto político o social delineado, sino más bien algunos puntos de referencia sobre lo que puede funcionar a la hora de pensar una organización social nueva.
Principales puntos de las reflexiones e ideales:
Oposición:
En todos los casos, la oposición se identifica claramente respecto al capitalismo neoliberal como modo de articulación social. Específicamente esta oposición se concentra en los siguientes aspectos del modelo: hegemonía de los medios de comunicación, articulación de las relaciones sociales en torno al dinero, concentración del capital y exclusión económica de algunos sectores de la sociedad, valorización económica, privatización y agotamiento de los recursos naturales, la sociedad como marco de dominación y la estigmatización de ciertos sectores de la sociedad.
Alteridad:
Sin embargo, intercalada a los conceptos de lucha y resistencia, se encontró la palabra “otra”, lo cual merece una breve reflexión. La palabra misma tiene mucha mayor relación con el concepto de alternativa que de oposición. “Otro” es aquello que es diferente a lo referido, en este caso el capitalismo neoliberal ya definido como aquello que está en oposición, pero que no es necesariamente “lo contrario”. Lo otro o la otra, hacen referencia al horizonte de posibilidades e implica reconocer y hacer notar que existen otras opciones posibles. Se observa un razonamiento crítico en las reflexiones de los entrevistados, ya que rompen la naturalización que se ha instalado del modelo hegemónico y nos obliga a ubicarnos por fuera de ese sistema, generando las condiciones para una observación de segundo orden. Simultáneamente, esta perspectiva da aviso sobre la amplitud de posibilidades, habiendo referencias a lo otro a propósito de: cosmovisión, perspectivas, miradas, modos de producción, formas de relación, formas de vivir, de gobernar, de comunicar y de construir sentido.
Proyectos Políticos:
Los proyectos políticos son planteados por los colectivos primeramente como una perspectiva, como una visión del mundo y de ver la vida que se encontraría en oposición en algunos puntos con la cosmovisión occidental a la base del capitalismo.
Estas ideas de sociedad son caracterizadas con un marcado énfasis en lo comunitario y colectivo como forma de organización. Con una valoración de los espacios de discusión y toma de decisiones de forma colectiva y horizontal, donde los roles de liderazgo tomarían un cariz de mediación o coordinación más que de guía arbitraria. Requiriendo y ejercitando una reflexión colectiva constante sobre el devenir de la comunidad.
Otras características están vinculadas a la convivencia, el valor del compartir, la alegría y la articulación de las comunidades territoriales en torno a la propiedad comunal, tanto de bienes materiales como de saberes.

El territorio, como eje temático, nuevamente aparece con una marcada importancia al momento de instalar nuevos sentidos identitarios, pero no se permea en los discursos una identidad nacional relevante. Los colectivos no tienen una mirada nacional de sus concepciones políticas, sino que se refieren, territorialmente, sea a comunidades pequeñas muy acotadas en el territorio, sea a una identidad regional latinoamericana. Emerge como un factor identitario importante la memoria de los pueblos originarios del continente, como parte de la Historia común y del comprender la identidad local como perteneciente a una identidad latinoamericana una.
En estos proyectos políticos la comunidad tendría la responsabilidad de organizarse colectivamente para la toma de decisiones y de crear sus propias miradas sobre su pasado, presente y futuro, esperando de instituciones sociales latinoamericanas la capacidad de aceptar e incluir las diversas subjetividades locales.
Herramientas para la transformación:
Lo que aparece recurrentemente en sus reflexiones es el rol central de la re-construcción de sentidos y de subjetividades como herramienta fundante de la transformación social deseada. Siendo el espacio de lucha de estos colectivos en la “trinchera” comunicacional, reconocen que no es el único espacio en que se disputa la articulación social de poderes, pero sí es el espacio en que se instalan las subjetividades, sentidos, estereotipos y memorias que construirían al nuevo sujeto social y la posibilidad de una nueva sociedad. La reconstrucción de sentidos sería la herramienta mediante la cual se reconfigurarían principalmente:
• Las memorias de los pueblos, recuperando la historia en las voces de quienes perdieron las batallas y recuperando por ese acto las memorias olvidadas en los libros de historia, junto a las riquezas culturales que se perdieron en ese olvido.
• La conceptualización del continente latinoamericano como un territorio con una historia y un acervo cultural compartidos.
• Todas las expresiones culturales y comunicacionales que reconstruyan sentido, participando en la deconstrucción de aquellas subjetividades impuestas en los medios hegemónicos.
En este sentido, existe una plena consciencia de que el Proyecto Político como tal es un proyecto en construcción, que no consta de un plan de acción definido sino que se está dando en la práctica como una manera de aprender colectivamente sobre las formas Otras de vivir en sociedad. El proyecto político en sí no es un plan paso a paso de lo que hay que hacer sino el compromiso de caminar juntxs.
Contradicciones de la acción transformadora desde adentro:
Existe una consciencia muy clara de las dificultades de implementar un proyecto nuevo de sociedad, dadas las condiciones de dominación y dependencia que ha generado el sistema hegemónico y en particular respecto a los paradigmas que todos nosotros tenemos. Como dice Lucía de Barricada TV: “nosotros somos parte de una sociedad, todos somos parte de una sociedad capitalista, crecimos en una sociedad capitalista y nacimos en una sociedad capitalista y eso está en tensión todo el tiempo.”
Pero también plantean la forma de transformar la sociedad transformándola en ellos y ellas mismas: identificando las contradicciones, conversándolas colectivamente y construyendo alternativas coherentes con sus planteamientos. Consideran que la transformación social y la constitución de un nuevo proyecto de sociedad es un proceso, que requiere de un aprendizaje y una transformación personal y colectiva constante. Plantean que el nacimiento de una nueva forma de sociedad no puede separarse abruptamente del sistema en el que está inmerso, sino que se debe gestar reconociendo la dependencia que tenemos hoy con la mirada a generar autonomía.
En conclusión:
Como característica central y común a sus conceptualizaciones de sociedad, destaca la importancia de las formas de organización horizontales y colectivas de las comunidades territoriales. Esto se daría principalmente en torno a la propiedad comunal, tanto de bienes materiales como de saberes, así como un sentido de pertenencia latinoamericana y la valoración de las memorias y conocimientos ancestrales de los pueblos originarios.
En cuanto colectivos de comunicación o medios alternativos, buscan la transformación social desde el plano de lo simbólico, de la lucha de sentidos sociales para la reconstrucción de las memorias, la re-conceptualización del territorio y, con ello, la conformación de la identidad de un nuevo sujeto social, co-constructor de una nueva sociedad.
El centro de las conceptualizaciones políticas está puesto en las formas de articulación y no en un objetivo material o concreto, como se ha dado históricamente en la defensa de los límites territoriales de una comunidad o la sublevación a un grupo de poder específico.
En su resistencia a un sistema de organización social, los proyectos de sociedad parecen responder poniendo el acento en las formas de articulación. Es posible decir que el objeto de resistencia de los grupos oprimidos parece haberse desplazado desde los “opresores”, en términos personalizados, a las “lógicas de articulación” que otorgan el poder a dichos opresores. Es decir que pasa del “quién” al “cómo”, en una reflexión que podría tener más posibilidades de generar estructuras sociales sustentables que el mero recambio de los sujetos específicos que detentan el poder, en tanto incorpora una observación de segundo orden a la problemática.